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¿Cómo hago para administrar, gestionar y liquidar mis deudas?

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¿Cómo hago para administrar, gestionar y liquidar mis deudas?

Las deudas forman parte de las finanzas. En sí no son malas ni perjudiciales; se tratan de herramientas financieras de utilidad cuando se requiere un ingreso extra. Puedes caer en deudas por pedir dinero a causa de una emergencia o para hacer una compra usando créditos. Lo ideal es tener una gestión responsable y liquidarlas apenas sea posible, no tienes que evitarlas del todo. Si lo logras, evitarás que te afecten negativamente. Eso sí, hay que hacerles frente antes de que su pago o impago impliquen una disminución del modo de vida o pérdidas de bienes.

La cuestión es tener una estrategia de pago inteligente que se ajuste a la realidad que estás viviendo, acorde a tus posibilidades y que no te perjudique. Esto es esencial que lo entiendas, ya que no tiene sentido que pagues las deudas y te quedes en una situación económica crítica. No siempre salir de todas las deudas es lo más recomendable; recuerda que hay un costo por su pago que no necesariamente está asociado a los intereses.

Reconoce tus ingresos y egresos esenciales

Antes de hacer nada, lo primero es que sepas cuáles son tus ingresos. Esto implica tu salario después de impuestos y cualquier otra ganancia que tengas, sea de inversiones o de trabajos puntuales. Al ponerle un número al dinero que percibes, tendrás un panorama concreto de cuánto es lo que tienes disponible para administrarte.

Después llega el momento de saber en qué tendrás que gastar el monto que percibas. Aquí incluye la renta o hipoteca, servicios, transporte, seguros, alimentos, educación, suscripciones, etc. También toma en cuenta todo el dinero que sueles destinar a entretenimiento y gastos innecesarios. Por ahora no tengas en cuenta las deudas que tienes para contabilizarlas en tus egresos.

Averigua cuánto puedes ahorrar realmente

El ahorro será fundamental para que puedas pagar tus deudas. Tus egresos los vas a dividir en esenciales y en no esenciales. Los primeros serán aquellos que signifiquen una diferencia en tu calidad de vida, como la vivienda y la comida. Los segundos implican todo lo que no mejora ni perjudica tu calidad de vida, sino que son gastos superfluos: suscripciones que no utilizas, cosas que puedes sustituir con facilidad por algo más barato, compras impulsivas, comidas en la calle, fiestas, etc.

Una vez tengas todos tus gastos separados, tendrás una cifra aproximada de cuánto necesitas realmente para vivir. No tienes que limitarte a vivir una cotidianidad austera mientras pagas deudas, sino que es factible que gastes mucho menos si te quedan con lo que es importante de verdad para ti.

Todo el dinero que no gastas en cosas esenciales lo puedes ahorrar. Sea mucho o poco, este ahorro será tu capital para pagar las deudas.

Ordena tus finanzas: cuál es la más urgente y cuál es la más pequeña

No siempre lo mejor es pagar las deudas que te generan más interés porque puedes afectar el dinero que destinas a gastos esenciales. Lo adecuado es que pagues tus deudas de forma responsable, tanto con tus prestamistas como contigo mismo. Si después debes pagar intereses, pero no va a disminuir tu calidad de vida ni tus finanzas se van a comprometer, hazlo.

Las deudas prioritarias por pagar son aquellas más urgentes por tener una penalización muy grande por impago, como perder un bien mueble o inmueble, y aquellas que sean más pequeñas, pagables en poco tiempo. Las demás deudas las puedes aplazar, hasta que zanjes las que vas a asumir en primer lugar.

Hacer esto te ayudará a que no veas deudas enormes e inalcanzables. Tendrás una ruta de pagos que te guiará en los meses siguientes. Luego podrás ir a las siguientes, pero por ahora enfócate en saldar parte de tu endeudamiento.

Haz y cumple con tu calendario de pagos

Una vez hayas priorizado, llegó el momento de planificar. Pauta en un calendario las fechas de pagos de las deudas. Hazlo pensando en los días de cobro. Una táctica es abonar al menos lo mínimo en todas las deudas y que hagas énfasis en aquellas a las que le diste prioridad antes, abonando un al menos un 10% extra para saldarlas.

Ten en consideración el capital que obtendrás del recorte de gastos innecesarios, así verás que no se trata de un imposible. Si ves que este ahorro mensual no es suficiente, revisa de nuevo qué egresos son prescindibles. Hay pequeños gastos que parecen inofensivos, pero que en suma son significativos para tus finanzas. También puedes buscar tener más ingresos trabajando algunas horas extras, con un segundo empleo a destajo o vendiendo cosas que ya no utilizas. Lo importante aquí son dos cosas: que cumplas el calendario y que salgas lo más pronto posible de tus primeras deudas. Esto te animará porque verás que eres capaz de cumplir con los pagos. Y, además, cuando tienes menos deudas, tienes menos presión financiera. Esta es la razón por la que hacer manejables y pagables tus deudas es tan importante.